viernes, 4 de agosto de 2017

Volviendo a Pulp Fiction (por Rafael Tejerina)

Muy buenas a todos

Hoy volvemos a tener la colaboración especial, de un buen compadre, y genial bloguero al que os vuelvo a invitar a leer su blog dacosica, donde suele publicar con mas frecuencia que este servidor, jeje........Espero os guste

"Volviendo a Pulp Fiction"

Cartel de la película
Han pasado ya veintitrés años de la victoria de Pulp Fiction (Quentin Tarantino) en el Festival de Cannes y se acaba de reestrenar en varios cines de toda España motivo, tan bueno como cualquier otro, por el que nos acercamos a valorar su importancia (que no su valor cinematográfico) como fenómeno que ha trascendido el propio cine para pasar a formar parte de la cultura popular.

Primero de todo no quiero dejar pasar la ocasión de recordar la sensación que me dejó el film en el ya lejano otoño de 1994, cuando la vi por primera vez. Tenía (y conmigo los que la vimos) la sensación de haber visto algo diferente, algo distinto, un film que no podía entenderse como una película “normal”. Esto sucede con muchas películas que luego acaban cayendo en el olvido tras el primer e impactante visionado, productos que no son más que algo “de moda”. No es el caso de “Pulp Fiction”, la cual ha sobrevivido al paso del tiempo tan bien que cada año su fama crece, su leyenda se engrandece e influye en otras artes, en el habla popular (algún diálogo ha pasado a formar parte de mi vocabulario habitual) y por supuesto en la estética aunque de eso hablaremos más tarde. 

Las nuevas generaciones

Más allá del lógico interés pecuniario que hay detrás del reestreno, el éxito que hemos llamado “popular” del film ha provocado que exista una demanda por parte de toda una nueva generación de jóvenes por verla en pantalla grande y participar del fenómeno ya que, en algún caso, ni habían nacido en el momento de su estreno. 

Es evidente que es un ejercicio de nostalgia y que los espectadores potenciales son ya gente cerca o por encima de los cuarenta empero el cine de Tarantino en general, y “Pulp Fiction” en particular, ya forman parte del imaginario colectivo de generaciones más jóvenes, que quizá descubrieron al director de “Reservoir dogs” (1992) en el díptico de “Kill Bill” (2003-2004) o en “Malditos bastardos” (2009).

Pocos films se reestrenan hoy, en los tiempos del DVD, la televisión a la carta e internet. Incluso en la época dorada del reestreno nada más que clásicos Disney o films del calibre de “Lo que el viento se llevó”, “Doctor Zhivago” o “2001” (1968, Stanley Kubrick) disfrutaron de ese privilegio, es evidente que algo tendrá el agua cuando la bendicen. 

Vicent Vega y Julius Winnfield
Fenómeno cinematográfico

En cine cuando una fórmula tiene éxito se repite hasta la náusea. Así tuvieron su momento las películas “de romanos”, el “spaghetti western”, la comedia juvenil, el de artes marciales… pero también un cine más allá de géneros como el “arte y ensayo”, el “dogma” (¡que requería de diploma!) o el cine en 3-D. Pues bien, el cineasta de Tennessee coge todo tipo de influencias que van de las más “artísticas” con Godard1 hasta el cine negro de serie “B” (“Código del hampa” de Don Siegel); desde la comedia bárbara hasta el romanticismo más elegante (la historia “Vincent Vega y la esposa de Marsellus Wallace”) todo ello con una buena ración de cultura pop, series de la TV2, con una gran presencia de la música, un lenguaje vulgar (pero ingenioso), cinefilia (escena del restaurante) y con un ritmo particular: cuando menos se lo espera el espectador surge un momento de tensión e incertidumbre. Además, es indudable la influencia del cómic y, como advierte el mensaje del comienzo, la literatura pulp, no sólo en la utilización de personajes arquetípicos sino también en la pura estética: la fotografía de colores saturados, intensos, sin matices, nos recuerda al tebeo más clásico y a las novelas baratas. 

Pero estábamos hablando de fórmulas y desde la fecha de su estreno, hasta casi hoy día, hay una enorme cantidad de películas y series que se ven influenciadas por ella, bien por su tratamiento de la violencia, bien por su estructura formal o simplemente su estética (de la que luego hablaremos). El listado, sin ser muy exhaustivo, estaría formado por: “Snatch. Cerdos y diamantes” (2000, Guy Richie), “Rock’n Rolla” (2008, ídem), “Crimen organizado” (2004, Mathew Vaughn), “Cómo conquistar Hollywood”3 (1995, Barry Sonnefeld), “Be cool” (2005, ídem), “Tú asesina que nosotras limpiamos la sangre” (1996, Reb Braddock), “Very bad things” (1998, Peter Berg) y en lo televisivo la serie “Breaking bad”.

Influencia estética y legado formal

La estética, tan importante en la llamada sociedad “del espectáculo”4, es lo que más está durando en el tiempo. El peinado de Mia Wallace, un corte de cabello liso, muy pulido a la altura del mentón, negro oscuro y flequillo recto encima de las cejas se ve hoy día con mucha frecuencia. Y qué decir de su sencillo y elegante Chanel, traje negro con camisa blanca, que el propio Tarantino utilizaría en la siguiente “Jackie Brown” (1998). 

En lo que se refiere a los hombres quizá no tuvo tanta influencia, pero la variedad de cortes de pelo, peinados, tatuajes, trajes, ropa informal, deportiva…habla de lo heterogéneo que era (es) el estilo en el vestir el hombre contemporáneo. 

Quentin Tarantino en acción
Pero también está la estética de los escenarios, bien sean restaurantes (Jack Rabbit the Slim), pisos, casas de lujo (decoradas con obras de arte pop), negocios con trastiendas infernales, bares, cafeterías y hasta un desguace. Todo sigue ahí hoy día, con los lógicos cambios por los avances tecnológicos (aunque esta es una de las primeras películas que avanza la importancia del teléfono móvil), con las televisiones de tubo y la gente fumando en los restaurantes, sin embargo la esencia se mantiene: la vida urbana sigue teniendo los mismos escenarios con la salvedad de que los centros de trabajo aunque esto es del todo lógico pues son gánsteres y personas de baja extracción social los que habitan la narración circular diseñada por Tarantino y Roger Avary. 

Una última reflexión a este respecto. Llama la atención, en todas las películas de Tarantino ambientadas en nuestra época, el que los personajes tengan aprecio por la música reproducida en algún aparato que, ya en la época de estreno del film, resultaran anticuados. En “Pulp Fiction” es el magnetófono de Mia de donde sale la canción “Girl, you´ll be a woman soon” pero también las casetes de Max Cherry o los vinilos de la protagonista de “Jackie Brown”. Hoy día el vinilo no sólo no ha muerto sino que goza de buena salud, ¿Se anticipó Tarantino al vintage? 

Apoteosis postmoderna

Llegados a este punto cabe llegar a la conclusión de que “Pulp Fiction” es la película que mejor muestra el fenómeno llamado postmodernidad, de tal forma que lo hace tan bien que da igual que sea una película: si fuera un cuadro, un cómic o una serie de TV, el film de Tarantino sería talmente la demostración definitiva de que ya no se puede ir más allá, se ha rebasado la “modernidad”, no cabe la opción de ser original ni de inventar nada pues sólo existe el reciclaje/imitación/homenaje/copia (táchese el que no proceda) y, por eso mismo, es la obra maestra de una opción estética, cultural y social que se ha impuesto en nuestra sociedad no sólo en el mundo del espectáculo, sino también en los negocios, en la política, en el periodismo, etc.

No por casualidad es un film rodado en la última década del siglo pasado. Quizá, y con esto puedo estar exagerando, el cine que fue uno de los inventos más influyentes en el S. XX (junto con el automóvil y la TV) ha tocado techo y sólo queda esperar su declive. 

En lo que llevamos de S XXI se han rodado excelentes películas, algunas muy originales y modernas (dicho sin tono peyorativo) pero seguimos a la espera de ese “El Padrino” de los 70, ese “Blade Runner” de los 80 o la ya mencionada “Pulp Fiction” de los 90 que nos diga algo de lo que somos y además sea un vestigio para nuestros descendientes de cómo era el mundo en que vivíamos. Como decía Ridley Scott de su famosa película “Blade Runner empezó siendo un film que hablaba del futuro, para luego describirnos el presente y finalmente decirnos cómo era el pasado”. No creo que exista una mejor definición para describir lo que es “Blade Runner” y que se acerque tanto a describir “Pulp Fiction”.




Notas:

(1) Jean-Luc Godard es uno de sus directores favoritos, hasta tal punto que llamó a su productora como el título de una de las películas de éste: “Banda aparte”.

(2) Series más conocidas en EE.UU. que en Europa como es Green Acres (el adorable cerdo Arnold) o Fonzie, personaje de la sitcom Happy days. Dos referencias del perosnaje de Jules, magníficamente interpretado por Samuel L. Jackson.

(3) Basada en la novela de Elmore Leonard autor del que adaptaría a continuación su novela Rum Punch (Ediciones B, 1992) con el título de “Jackie Brown”.

(4) La sociedad del espectáculo (9ª ed, editorial Pre-textos) de Guy Debord y su frase premonitoria “Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación".


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